La victoria de la experiencia
El segundo Dakar conquistado por Carlos Sainz dejó patentes todas las cualidades que el piloto español ha demostrado en su dilatada carrera. A sus 55 años, Sainz consiguió la victoria final en el rally más duro del mundo utilizando toda su experiencia al volante. Fue capaz de sobreponerse a los pocos percances técnicos que sufrió durante la prueba y controló los ataques del resto de pilotos para ser el más regular y alcanzar una victoria final del todo incontestable.
Con más de 30 años de trayectoria en el mundo de los rallyes y los raids, Carlos Sainz ha sabido manejarse en todas las situaciones. El Dakar lleva al límite a los pilotos y Sainz ha superado cada una de las dificultades que han salido a su paso. Sin inmutarse ante los desiertos y las dunas de la primera parte de la carrera, pudo hacer frente a los mínimos problemas técnicos para dar un golpe de autoridad cuando el terreno favorecía a su estilo de pilotaje. Se adjudicó la sexta y la séptima etapa y, a partir de entonces, ya con el liderato en la mano, administró su ventaja hasta llegar victorioso a la última etapa de Córdoba, Argentina.
El control de la situación que ha demostrado Carlos Sainz ha hecho de su segundo Dakar la victoria de la experiencia. Una experiencia como piloto que también ayudó en su impecable registro mecánico. Apoyado en la fiabilidad de los neumáticos BFGoodrich®, el Peugeot 3008 DKR Maxi del campeón apenas sufrió 3 pinchazos en toda la competición, que no fueron condicionante para poner en apuros su victoria final. Unos infortunios que han sido mínimos gracias a la fiabilidad de los compuestos utilizados, pero también en gran parte como consecuencia de la inteligente forma de pilotar de Sainz durante las dos semanas de competición.
“Ha sido un Dakar muy duro para los neumáticos BFGoodrich, que se han comportado perfectamente. El trabajo conjunto ha dado excelentes resultados y la evolución que se hizo, reforzando la carcasa en la banda de rodadura, ha permitido un trabajo excepcional del neumático y ha evitado los pinchazos con pérdida de presión lenta”, explica Sainz.